lunes, 8 de febrero de 2010

Retorno 1

Empezaré este breve escrito repitiendo lo que una noche, no hace mucho puse en mi nick en el msn: "Cuando una persona hace una cosa soberanamente estúpida, siempre la hace por los más nobles motivos." No soy autor de esto que bien escrito esta, pero me hubiese encantado escribir cosa parecida, o quizas esa otra gran frase "Es muy difícil no ser injusto con lo que uno ama". Pero a que voy con estas dos simples frases que a mi parecer resultan dos verdades aplicables a mi realidad. Voy a que fui injusto y que lo seguiré siendo, a que hice cosas soberanamente estúpidas, una tras otras, y cuando pensé que alguna buena estratégia eclosionaba, me salia una autoemboscada, un intento casi suicida. Fue allí, en lo mas hondo de lo que pensado pudo estar, que me di cuenta de que estaba embelesado, obnubilado con una damisela de raros procederes, alguien que lo daba todo sin aviso, pero que fuera de tono y patrón definido te quitaba hasta lo que no dio. Era un ángel rebelde, de los más bellos, con los ojitos dormilones y una sonrisa ingenua, me encantaba cuando me respondía negativamente, era una mezcla de convencimiento inquebrantable con un pisca de duda que invitaba a convencerla y cuando de sus besos yo gozaba hasta lo bailarín me salia.

No pedía escritos, pero se los daba, no pedía canciones, pero para ella yo cantaba, no recuerdo que me pidiera algo cuando ella me queria cerca suyo, las peticiones, las reconsideraciones vinieron luego, junto con la noche adelantada, con el atardecer nublado, con el cielo gris aniquilador de la noche, seco, oscurecido, eso fue todo lo que represento su partida.

Y sin querer hoy estoy escribiéndole, indirectamente, escondido pero valeroso desde este blog. Ya no es una carta que llegue a su puerta, ya no es un e-mail más por leer, es un testimonio abierto, palabras esparcidas al viento que me gustaría que ella leyera, y de imaginarlo la emoción me quita el sueño , el cansancio de casi 11 horas de trabajo, de muchos días sin pena ni gloria... Me encantaría tener esa imagen en mi mente, viéndola leer algún escrito mio, cogiendo con una mano una hoja lastimada de tanto doblez, con la otra apoyar el pulgar sobre sus labios dibujandose con los dedos una sonrisa, enrojeciéndose las mejillas, respirando para mi...

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Retorno por Eloy Alberto Munive Pariona está bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 2.5 Perú License .
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